Loop de espías, ciencia ficción y una torre de peluches
Me toca hacer un ejercicio comparativo sobre la dirección de arte de tres comerciales que tuve la oportunidad de diseñar. Las tres piezas, representaron para mí y para mi equipo desafíos muy diferentes, y casi no tienen nada que ver el uno con el otro. En estos casos, tal vez lo mejor es arriesgar el método “dominó”, consistente en hilar el final de alguna reflexión sobre uno en particular, con el comienzo de alguna reflexión sobre algún otro. Es conveniente visualizar dichas publicidades previamente a seguir leyendo, para evitar el riesgo de caer en una clásica situación de “spoiler”.
Para el comercial de Infinia de YPF, estuvimos trabajando con mi equipo alrededor de un mes diseñando y dibujando cada rincón del gran decorado. Ese espacio representa una mezcla entre el interior de una nave espacial intergaláctica y el más mundano interior de un motor de auto a nafta.
Grandes referencias de este comercial fueron las películas “Al Filo de Mañana”, “El Juego de Ender” y “Titanes del Pacífico”. De esa gigantesca escenografía que diseñamos, sólo fabricamos, de manera real y tangible, unas secciones de piso, un tubo metálico de dos metros de diámetro y la superficie circular sobre la que toma importantes decisiones el niño – adolescente protagonista. Esos minidecorados se filmaron en un estudio totalmente pintado de verde croma.
Muy poca postproducción fue usada en el comercial ¨Peluches¨ de Mercado Libre. La filmación transcurrió en tres locaciones principales: la casa del protagonista, el playón del bunjee jumping (que fue el único lugar en el que usamos postproducción para reproducir la cantidad de peluches y lograr una torre de seis metros de altura) y el Parque de la Costa en Tigre. Esta última locación fue la que más intervinimos.
La idea general era que lo más importante del lugar fueran las luces, así que fabricamos una serie de columnas repletas de lámparas de colores controladas con secuenciadores para poder regularlas en intensidad y velocidad. Fue muy importante encontrar un específico tipo de lamparitas traslúcidas que nos dieran ese color tan de parque de diversiones de los setenta – ochenta.
Una de las referencias que más nos gustaron fue el parque de diversiones de “Quisiera Ser Grande”, la película con Tom Hanks. Otro fue el parque de diversiones de la película “Adventureland”, con Jesse Eisenberg. No queríamos colores primarios saturados en ningún lugar del comercial y trabajamos con dos límites visuales: por un lado, los colores de los peluches, y por otro, la transparencia y color de las lámparas. La idea era que si uno entrecierra los ojos, sólo pueda ver esos semitonos y transparencias iluminadas como en un atardecer constante sin ningún color primario pleno.
En sólo dos colores primarios plenos nos basamos para definir toda la estética del comercial de Mixxtail Caipiroska. El producto refiere a una mezcla de sabores de Brasil (Caipi) y Rusia (Roska), una reflexión publicitaria sin medios tonos, precisamente, sobre los orígenes de la popular bebida. Como la intención de toda la estética se basaba en la mezcla de esas dos identidades, decidimos otorgarle un color casi obvio a cada gusto. La mitad brasilera fue representada, como era de esperar, por el color verde, y la rusa, por el color rojo, basándonos en el color dominante de la época soviética.
Esa decisión vino de la mano de una estética de la guerra fría. Usamos mucho de referencia las viejas películas de James Bond, en especial las de Sean Connery. El decorado principal de este comercial fue el interior de un vagón bar, que tuvimos la oportunidad de construir íntegramente en estudio. Los exteriores del vagón y el andén fueron filmados en la estación de trenes de Constitución y un gran trabajo de postproducción fue necesario para enfatizar los colores que habíamos elegido por sobre los demás y para darle a la estación un entorno de lugar entre las montañas.
También en post se generó un piso tipo “Copacabana” a lo largo más de cien metros de andén.
Más de cien metros de largo es la medida del espacio interior de la “nave madre” de INFINIA. El ancho del espacio, calculamos en varios ensayos junto a postproducción, sería de unos sesenta metros, o sea, las medidas aproximadas de un estadio de fútbol, como les gusta decir a los americanos en sus documentales. El alto de la nave la calculamos en unos cuarenta metros. Lo dos puntos más importante del trabajo de INFINIA fueron, primero, decidir la estética general, e inmediatamente después, la manera en la que representarla.
Siempre que puedo, me gusta dibujar y hacer los photoshops necesarios para representar los diseños. Sin embargo, lo que sucede en publicidad cada vez más, es que la presentación del diseño de arte es un área cada vez más compleja del trabajo en general. Así que lo que suelo hacer es algunos bocetos, en lápiz a mano o en photoshop, para orientar a los colaboradores que terminarán haciendo las ilustraciones y “concepts” de presentación.
En este comercial el trabajo de “concepts” fue muy especial, porque tenía que servir además para guiar lo más precisamente posible a la postproducción. Fue un plus por sobre los otros comerciales, en los cuales la representación de los decorados, basados en mis garabatos hechos a mano o en photoshop, los produce el ilustrador.
Las ilustraciones para el vagón de MIXXTAIL fueron un tema en sí mismo. La idea del interior del vagón mutó unas siete veces, cada una con, por lo menos, una ilustración. Finalmente consensuamos en un interior casi todo rojo, el mismo color para todos los materiales, con un poco de madera para añadirle cierta nobleza.
También se hicieron ilustraciones tanto para el exterior del tren (que en realidad fueron el tren existente al que solo ploteamos una banda roja) como para el andén con el piso Copacabana, que incluía la nieve, el kiosko de diarios y el puesto de choclos calientes.
No menos importantes, para otra serie de mini comerciales referidos al primero, fueron las ilustraciones del maletín, muy típico de la guerra fría, lleno de elementos de espionaje que tenían que ver con el producto, o sea, la botella de dicha bebida.
Esa torre es realidad, perdón por la desilusión, una estructura de gradas hueca, revestida con una serie de osos que se fueron moviendo para producir “plates” que, unidos en post, dan la imagen completa de la torre.
En todo este comercial, a diferencia de los otros dos, el mayor trabajo fue un seguimiento minucioso de los elementos que iban a formar parte de la imagen, y una coordinación con el director de fotografía y con vestuario para lograr ese concepto de “imagen total” que respondiera a la propuesta visual. Esa escala de trabajo, de una minuciosidad no menos trabajosa que la requerida para otros comerciales de “diseño de decorados”, se trata más de unir una infinidad de detalles para lograr ese objetivo visual, que de diseñar y desglosar en detalle los componentes de una gran escenografía, ya sea real, como en el caso del comercial de MIXXTAIL, o virtual, como en el comercial de INIFNIA.
(NOTA: después de leer éste último párrafo, quien tenga la improbable voluntad de seguir, puede volver al primero y leer todo el artículo en “loop” las veces que quiera).
Infinia YPF
dirigido por Luciano Urbani.
Productora: Rebolución.
Ambientadora: Natalia Krieger.
Ilustraciones: Oscar Carballo.
Concepts: Pablo Palomeque.
Director de fotografía: Javier Juliá.
Vestuario: Connie Balduzzi.
Mixxtail Caipiroska
dirigido por Armando Bo y Javier Usandivaras.
Productora: Rebolución.
Ambientador: Lucas Marinesco.
Ilustraciones: Oscar Carballo.
Director de fotografía: Leo Hermo.
Vestuario: Connie Balduzzi.
Mercado Libre Peluches
dirigido por Esteban Sapir e Iván Vescovo.
Productora: Ladoblea.
Ambientadora: Natalia Mendiburu.
Ilustraciones: Oscar Carballo.
Director de fotografía: Daniel Ortega.
Vestuario: Roberta Pesci.