Diseño de arte entre dos continentes

Messi

por Marcelo Pont

El caso del largometraje “Messi” de Álex de la Iglesia, una coproducción con dos Directores de Arte, uno español y uno argentino.

El rodaje de Messi tuvo una metodología muy singular. Como su mismo director el talentoso Álex de la Iglesia siempre aclaró, fue una película por encargo. Álex nunca ocultó su falta de conocimiento inicial sobre el fútbol y de la vida en particular de Lionel Messi, confesándose un “animal de cine” que nunca se interesó mucho por el deporte. Pero al aceptar este trabajo lo encaró con toda la seriedad y responsabilidad que requiere una película rubricada por su firma. Tenía un enorme desafío: investigar y “enamorarse” de un proyecto para dar lo mejor de sí.
Lo curioso es que a medida que más profundizaba en el tema más se apasionaba por la historia de este pequeño “patito feo” que se convertiría en el mejor jugador del mundo. Uno de los deportistas más queridos, respetados y emulados por un incontable número de seguidores y fans. La historia de cómo se convirtió este pibe de barrio muy humilde de Rosario, de dimensiones diminutas y muy reservado, en el crack carismático que hoy conocemos, se volvía para Álex una novela de misterio. – “Quién sabe qué hay dentro de esa cabecita”, dice en una escena la abuela de Messi. Un evidente disparador para develar la intriga.
El guión estuvo a cargo de Jorge Valdano, que realizó una investigación minuciosa y cuanto más escarbaba, más apasionante era la historia.
El proyecto consistía en hacer un documental sobre Messi, sin la participación de Messi. El problema radicaba en que Álex no estaba interesado en hacer un “docudrama”. Quería hacer una película a su estilo, que fuera acorde a su personalidad. Entonces se le ocurrió hacer un experimento muy interesante al fusionar géneros. Su largometraje es un documental pero a la vez es ficcional.
Lo resuelve de una manera muy ingeniosa: pone como excusa para recoger los testimonios documentales una gran cena donde están todos los que han ido conociendo al protagonista, desde sus amigos de la niñez y los vecinos, hasta entrenadores, sus compañeros de fútbol, comentaristas y otras eminencias del deporte.

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Por otra parte, Álex arma viñetas ficcionadas sobre sucesos reales que fueron definiendo el destino del protagonista. Una especie de entrada a la vida cotidiana (y asombrosa) del pequeño Messi por un Álex de la Iglesia que trata de desentrañar a este personaje enigmático, a la manera de un Sherlock invisible que recrea minuciosamente las viñetas como una especie de disección, de reconstrucción de piezas sueltas, para terminar armando con los testimonios documentales un rompecabezas.

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Para poder llevar a cabo la película se requería de un trabajo muy complejo en dos continentes casi simultáneamente o, al menos, en secuencia.
Debíamos reproducir un restaurant para los testimonios documentales y algunas escenas ficcionales del pasado de Messi.
El restaurant debía filmarse parte en Barcelona y parte en Buenos Aires, porque había testimonios de ambos países (imposibles de trasladar) y a la vez había que reproducir viñetas de ficción en Barcelona, Buenos Aires y Rosario.
Si bien el equipo de dirección era el mismo para ambos países (Álex y su asistente de dirección, Domingo González), al igual que el director de fotografía (Kiko de la Rica), el equipo de arte debía separarse en dos.
Para ello contrataron en España a Antxón Gómez (Almodóvar, Soderbergh) y a mí en Argentina (El Secreto de sus Ojos, Azul y no tan Rosa, ambas co-produciones españolas). Afortunadamente Antxón, además de talentoso, es un tipo muy solidario, modesto y excelente colega de una generosidad descomunal.
Teníamos la complicada tarea de homogeneizar los conceptos y los diseños.
La escena de la gran cena iba filmarse en dos restaurantes diferentes, uno en Barcelona y otro en Buenos Aires, que debían parecer el mismo.
Como se comenzaba en Barcelona, decidimos basarnos en la estética del “Brasserie Flo” y buscar un local para decorar de cero en Buenos Aires.
Elegimos la “Confitería Ideal”, que tenía el primer piso vacío, donde reprodujimos el mobiliario del “Flo”, a la vez que allá le agregaban detalles de la “Ideal”.

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Para ello hicimos un relevamiento completo de ambos locales, los pasamos a modelos 3D y nos intercambiamos la información. De resultas, en Buenos Aires hicimos unos módulos de separadores reproducidos al detalle con pasamanería de bronce, sus cristales esmerilados y logotipo, sus lámparas (que nos enviaron desde España), cuadros y cortinados y en España, a su vez, reconstruyeron nuestras columnas con la textura exacta de símil mármol pintado al fresco en estuco y algunos otros detalles.
Para la decoración del local nos intercambiamos detalles desde platos y copas hasta los artes finales para imprimir etiquetas de bebidas en botellas de formatos predeterminados.
El vestuario de los meseros o mozos debía ser el mismo también.
Finalmente, en la película se siente como si todos estuviesen en un mismo restaurant o, en todo caso, si hay diferencias se intuyen como de salones distintos de un mismo local.
– Las Reproducciones Históricas y Una Fachada Doble.
Para las escenas ficcionales teníamos que recrear el barrio, algunos clubes, un consultorio médico, casas de los amigos de la infancia en los ´80, escenas en Buenos Aires y algunas de su adolescencia en Barcelona.

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Nos acercamos lo más posible a la realidad a través de una investigación exhaustiva, buscando las locaciones originales para ambientarlas como en los ´80 o los ´90 y cuando no conseguimos las locaciones, o no existían ya y no había datos, las recreamos de la manera más plausible.
Para recrear la casa de los Messi en Rosario tuvimos varios desafíos. La casa existe, pero han cambiado algunos detalles y las fotos disponibles de la época a replicar eran muy escasas. Conseguimos la mayor información posible, tanto fotográfica, en video u oral a través de vecinos y parientes. El mayor inconveniente era que no nos permitían entrar a la casa y sólo podíamos usar la fachada y la vereda. Los interiores los filmamos en Buenos Aires, en un departamento que debía parecer una casa.
Con la fachada tuvimos que hacer algo insólito. Según el guión había una escena en la que el pequeño Messi quedaba encerrado en el baño y no llegaría a un partido decisivo. Entonces, rompía un vidrio y escapaba por la ventana. La historia es real pero para que pudiera ser contada cinematográficamente la ventana debía dar a la calle, la cual no existe en la realidad.
La solución que ofrecí y que terminamos realizando fue hacer una reproducción de la pared principal del frente de la casa, de unos 20 cm de espesor (el ancho de una baldosa de la vereda, para disimular la unión) a la que le integramos la ventana del baño a cambio de sacarle un paño a una ventana de cuatro y dejarla de tres. El tapón completo reproducía a la perfección lo que estaba inmediatamente detrás en todos sus detalles pero con las modificaciones de las ventanas para que pareciera real. Estoy seguro que quien pasó por esa casa ese día nunca notó la diferencia. Al final de la jornada retiramos el tapón dejando la casa como si nunca hubiese pasado nada.
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Por otra parte tuvimos que realizar una ventana falsa en el interior del baño que filmamos en Buenos Aires y que debía coincidir con la del exterior y, a la vez, tener una lógica constructiva en lo que hubiese sido el diseño original, de haber existido esa ventilación de la ducha.
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Otras intervenciones que hicimos en el barrio de Rosario fue modificar pintadas y graffitis. Algunos los diseñamos nosotros y otros fueron realizados por graffiteros del barrio para que fuesen reales y como se hacían en esa época.
Yo no quería en absoluto que quedasen “bien hechos”, sino que se vieran como pintados por los hinchas, así que recurrimos a ellos como consultores y realizadores.
Hubo que modificar, tapar o sustituir todo tipo de equipamiento urbano que estuviese fuera de época. Y, por supuesto, vivir la tensión de consensuar con los vecinos dónde poníamos pintadas de Rosario Central o de Newell´s Old Boys, que podían llegar a generar problemas de violencia real.
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Con las canchas tuvimos que apelar a los videos caseros de muy baja calidad, viéndolos cuadro a cuadro y comparándolos con alguna foto para chequear colores reales, que en los videos en general están alterados por saturación o problemas de campos. Lo mismo con el vestuario de los pequeños jugadores y el tipo de elementos de utilería de uso en cada época.
La habitación de Messi fue uno de los sets que más disfrutamos ya que allí teníamos que imprimirle una personalidad de acuerdo a todo lo que habíamos investigado sobre él a esa edad. Allí le dimos el gusto a Álex para que hiciera algunos dibujos a lápiz y una medición de altura casera en la pared. O sea que Álex podía jugar a ser Messi.

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En general el resto fue un trabajo mas de ambientación que se hizo también de manera muy minuciosa y con impecable criterio del equipo de ambientación para que nunca se sintiera “decorado vintage” sino que todo tuviese una lógica del uso y estilo de cada clase social para servir a la narrativa.

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Hubo otro detalle muy interesante: teníamos una locación donde transcurre una escena en un departamento en Barcelona que filmábamos el plano en Rosario y el contraplano en Barcelona con un doble de Messi ya adolescente.
Nuevamente trabajamos en conjunto con Antxón para que nos pasara toda la información de la locación española y así poder “matchear” perfectamente.
Para eso reprodujimos una puerta vidriada que estaba allá, con picaporte y teclas de luz enviados desde España. Luego nosotros enviamos todos los elementos de utilería que pudieran ser útiles para ellos, ya que esas escenas se filmaban con posterioridad a nuestro rodaje en Argentina.
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Conclusiones.
Lo más interesante de la experiencia fue que ambos directores de arte logramos una empatía absoluta a pesar de la distancia. Se desarrolló una excelente amistad con mi querido y admirado colega, trabajando siempre en concordia y en ningún momento se generó una competencia o diferencias sobre quien dirigía el trabajo. Simplemente nos pusimos de acuerdo, tratamos de pensar de la manera mas afín posible para que no se viera un diseño esquizofrénico sino por el contrario consistente y con personalidad. Como si fuese hecho por un solo profesional a cargo.