Arlt, la Literatura y la TV
Los treinta capítulos de media hora sin cortes son la adaptación televisiva de la genial novela de Roberto Arlt y su continuación Los Lanzallamas, están ambientados en la Buenos aires de los años 30 y son un ambicioso proyecto con coproducción de la TV pública , la Biblioteca Nacional y Nombre Productora. Dirigida por Fernando Spiner y Ana Piterbarg, la serie está protagonizada por Diego Velázquez, Carlos Belloso, Daniel Fanego, Daniel Hendler, Belén Blanco, Julieta Zylberberg, Fabio Alberti, Pablo Cedrón, Marcelo Subiotto, Pompeyo Audivert, Claudio Rissi, Martín Slipak, Moro Anghileri y Luis Ziembrowski.
Todo comenzó con un llamado telefónico, como en casi todas las novelas policiales, el teléfono sonó varias veces hasta que finalmente atendí. La voz de Fernando Spiner sonó decidida: vamos a hacer Arlt! En la primera reunión fijamos fechas y salarios y manos a la obra. Pero qué querían que hiciera? El universo de Los Siete Locos y Los Lanzallamas era indescifrable, un camino de desolación y locura en una Bs As del 30 que parecía imposible de reproducir en una serie televisiva. Como el personaje principal, Remo Erdosain, comencé a vagar entre las calles buscando una idea que me alejara de lo que estaba viendo: la Bs As de la novela ya no estaba, había desaparecido bajo los avances de un progreso que todo lo destruye, que todo lo cambia y que todo lo envilece. Marquesinas inmensas, parques enrejados, casas de la alta burguesía transformadas en negocios cool, o restaurantes hipsters; hasta cines y teatros destruidos o transformados en centros religiosos. Ni hablar de las calles: una ínfima cantidad con empedrado mal realizado y una continuidad de horribles maxi kioscos abiertos como bocas monstruosas en los garajes de las antiguas casas debido a las innumerables crisis.
Imposible, me dije, llevar en imagen una novela donde la presencia urbana es tan importante. Inclusive el trayecto Constitución – Temperley en tren no se encontraba en condiciones de ser filmado ya que el conurbano bonaerense se parece más en estos momentos a una tierra sin estética o mejor dicho a una estética de la fealdad que poco tenía que ver con las quintas y las casas de verano que relataba Remo en su angustioso peregrinar a la casa del Astrólogo.
El Director de arte no busca siempre la belleza en sus decorados, ambientaciones o locaciones, sino que respeta la exigencia de un guión y sus requerimientos espaciales. El feroz universo de Arlt tomó cuerpo en la adaptación que realizó el escritor Ricardo Piglia junto a un equipo que contó entre sus integrantes a guionistas, historiadores y sociólogos, que delinearon un contexto sociopolítico de la época y que mantenía la presencia de todos los lugares emblemáticos e históricos en el inconsciente colectivo de todas las generaciones que han leído a Arlt y su delirio revolucionario: el prostíbulo del Rufián melancólico, la quinta de Temperley, la casa de Elsa y Remo, la pensión de Barsut, la farmacia de Ergueta, etc. Ambos libros resumidos en treinta capítulos de media hora sin cortes era el ideal para lo que en nuestra era moderna parece ser la moda en la televisión: grandes obras literarias traspoladas a la pantalla chica en formato de serie. Pero Piglia tenía un as bajo la manga y en sus palabras la intención era ¨un desafío hasta ahora nunca vivido en el pasaje a un relato audiovisual televisivo: quiero hacer literatura en la televisión. Esta es la más textual de las miniseries o la más grafica de las novelas¨.
La duda entre un realismo histórico y la ambiciosa idea de generar una imagen novedosa fuera de todo registro en la televisión se asemejaba a la permanente duda de Remo en su deambular: ser quien era o ser quien quería ser o, peor aún, ser quien los otros querían que fuera: a él lo único que en definitiva le hubiese gustado era bombardear a toda la humanidad con el gas fosgeno y desaparecer tal como había llegado a esta tierra: invisible. El escenario entre la decepción, el proletariado, la humillación y los anarquistas era la quintaescencia del discurso arltiano y era fundamental que su imagen fuera expresada de alguna manera, sin apelar a las ambientaciones o realizaciones ortodoxas dentro de la dirección de arte .
Los directores de la serie Fernando Spiner y Ana Piterbarg ya habían puesto sobre la mesa la idea de mezclar imágenes de noticieros de la época e incluso había asesores buscando referencias fílmicas en el Archivo General de la Nación: escenas tan cotidianas como un día de verano en Bs. As., simples paseos en tranvías o recorridas por el conurbano con el sonido de vendedores ambulantes. Los productores de la serie se conformaban en un grupo heterogéneo entre Gabriel Reches y Alejandro Montalbán, por parte de Nombre Productora, hasta Horacio González en nombre de la Biblioteca Nacional y la participación de los estudios y del personal de la Televisión Pública. Grupo heterogéneo como los personajes-actores que comenzaban a formar parte del elenco que expresarían la pesadilla de Arlt en frases emblemáticas y fulminantes como la del farmacéutico Ergueta y su ¨Rajá, turrito, rajá. ¿ O te creés que porque leo la Biblia soy un otario?¨. Para un actor convertirse en ícono literario debe ser algo que sueñan desde el Conservatorio
El trabajo de Pre-producción consistió en dividir primero todos los espacios en locaciones y decorados. Debía encontrar una estética que unificara las realizaciones de la TVP a cargo de la escenógrafa Tete Mendoza y las ambientaciones en locaciones reales a cargo de un equipo de exteriores. La premisa en esa unidad estética era que las locaciones se parecieran más a los decorados que lo opuesto. Aún no había aparecido ninguna imagen disparadora que lo hiciera.
La búsqueda me orientó hacia la fotografía imperante en los años 30 de característica expresionista, realizada por los grandes maestros como Man Ray, Henri Cartier-Bresson, Brassai, Robert Doisneau y André Kertesz, cuyos claroscuros eran la base de un clima que era interesante contar
.
Durante la preparación del trabajo se decidió que todo el material fílmico de época de archivo que se había encontrado sería parte de los decorados o locaciones, integrándolos a los mismos a través de las ventanas, la puertas, las vidrieras y los fondos: muchas escenas se grabarían en verde croma y en la postproducción, teniendo en cuenta el encuadre correcto, las imágenes de Buenos Aires antiguo convertirían la serie en una especie de comic, a pesar de los riesgos que esta decisión implicaba, sin temer a recorrer nuevas posibilidades estéticas y narrativas.
Finalmente se incorporó Martin Siccardi para asesorar a los iluminadores de la TVP acerca del tratamiento de color de la serie y, con su conocimiento en formato digital, se propuso una tonalidad donde predominaban los colores marrones, azules oscuros, todos decolorados pero con un acento de color en elementos específicos de utilería, resumiendo un trabajo de varias reuniones en una sola imagen que fue muy inspiradora.
Título original: Los siete locos y los lanzallamas
Año: 2015
Director: Fernando Spiner, Ana Piterbarg
Guión: Leonel D'agostino (Adaptación: Ricardo Piglia; Novelas: Roberto Arlt)
Música: Natalia Spiner, Rodrigo Stambuk
Fotografia: Gustavo Nakamura, Ezequiel Perazzo
Coordinación de imagen y colorización: Martin Siccardi
Diseño de arte: Juan Mario Roust
Diseño de vestuario: Ana Markarian
Productores: Biblioteca Nacional / TV Pública / Nombre Productora
Actores: Diego Velázquez, Carlos Belloso, Pablo Cedrón, Daniel Hendler, Belén Blanco, Fabio Alberti, Leonor Manso, Pompeyo Audivert, Daniel Fanego, Julieta Zylberberg, Claudio Rissi .